miércoles, 19 de enero de 2011

Y... un poco más de mi.

-¿Qué más da? Si de todas formas, sois todos iguales…
+Eso no es verdad. Yo soy diferente.
-No me lo creo…
+Pues, ¿sabes? No soy perfecta. Sé que no lo soy, y tampoco pretendo llegar a serlo, porque comprendo que la imperfección es lo que nos hace únicos. Sé que tengo un millón de defectos, y que no todo el mundo puede aguantarlos, y agradezco que haya personas que los soporten. Pero, sin embargo, soy extremadamente perfeccionista en las cosas que hago, y odio cuando no salen como quiero.
Detesto la mentira y la hipocresía. Odio que me mientan, o que me cuenten las cosas a medias. Pero, a veces, yo también lo hago. Normalmente, mentiras piadosas, aunque me odio por ello de todas formas. Algunas veces, gracias a una de esas palabras, puede que consiga sacar a alguien una sonrisa. Entonces, es imposible que me arrepienta de haberlo hecho.
Me gusta ayudar, pero me cuesta la vida pedir que me ayuden. Odio sentirme débil, porque sé que lo soy. Procuro sonreír siempre que puedo, porque es más fácil sonreír, que explicar por qué no lo hago. No me gusta ver a nadie mal, y soy tan cabezona que puedo estar diciendo payasadas horas, hasta que consigo aunque sea media sonrisa. Odio que me den las gracias por las cosas, pero me encantan los abrazos.
Soy de las que ponen a sus amigos por encima de cualquier cosa. De esas personas que puedes llamar a cualquier hora, que hace negocio con los fabricantes de antiojeras por las noches que pasa sin dormir, pero que lo hace encantada. Soy de las que buscan el lado positivo de todo, pero también tengo días cubiertos de nubes negras.
Soy extremadamente bipolar, o puede que incluso tripolar. Quizá ahora esté riéndome a carcajadas, y dentro de diez minutos quiera morirme. Pero no juego con nadie. Cambio de estado de ánimo, pero no de cara. Sólo tengo una, y es la misma para todo el mundo.
Odio que se rían de mí, y me traten como a un trapo, y procuro no hacerlo con los demás nunca.
Voy aprendiendo que hay pocas cosas que merezcan la pena luchar, pero de todas formas, seguiré peleando por todo mientras me queden fuerzas, o alguien que me apoye. Creo firmemente que la única causa perdida, es aquella que se abandona. Y odio perder.
No creo, ni lo haré, en el siempre, ni tampoco en el nunca. Pienso que en la vida no hay nada definitivo, y todo es eterno, mientras que dura.
He recibido cientos de golpes por ilusionarme, y soñar despierta. Me he equivocado miles de veces, y me han hecho daño otras tantas. Aún así, sigo soñando a cada instante, me sigo ilusionando con las mismas tonterías que siempre, y sigo cometiendo los mismos errores. Pero lo más importante, es que disfruto haciéndolo, pensando que tal vez, esta vez será distinto, y algo cambiará.
No soy para nada rencorosa, y cuesta mucho enfadarme. Confío fácilmente en las personas, y tal vez soy demasiado inocente, por eso cuesta mucho que deje de confiar en alguien.
Sé perdonar, pero si pretendes que lo haga debes ganártelo de verdad, porque recuperar mi confianza es tan difícil como perderla.
Estoy loca, y no soy como los demás, pero no permito que nadie me cambie, porque me encanta ser así. Ahora, ¿Vas a decirme que todos somos iguales?
                                                                                                                                                         ~Triss

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