Odio pasarme las tardes esperándote, y odio aún más que nunca aparezcas. Odio hacerme ilusiones, y odio perderlas luego.
Odio adorar tu sonrisa, odio temblar cuando me hablas, y odio no saber odiarte. Pero a ti, no te odio.
Y detesto que la historia se repita una vez tras otra, como un bucle sin fin. Detesto sentirme estúpida y no aprender aunque cada día reciba un nuevo golpe. Detesto tu constante indecisión que me hace sentirme perdida.
Y más aún, por encima de todo, odio saber que si tú me lo pidieses, yo iría sin pensármelo ni un sólo segundo.
~Triss
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