lunes, 28 de febrero de 2011

Smile for smile

Si todos recibiésemos tan sólo aquello que damos, desde luego el mundo sería más justo. Y también seríamos mejores personas. Nadie quiere recibir cosas malas. A nadie le gusta que lo utilicen y luego lo dejen tirado, pero mucho los hacen. Claro que si supiesen que algún día lo sufrirán, tal vez se lo pensaría una o dos veces antes.
Y no, no defiendo el ojo por ojo. En ese caso, todos estaríamos ya ciegos, yo la primera. Yo defiendo el "sonrisa por sonrisa", que soy consciente de que me acabo de inventar. Defiendo el optimismo como forma de vida, la solidaridad como bandera, y la amistad como religión. 

Pero esa amistad de la de verdad. De esa amistad que no se termina el día que ya no hay examen, o que entendiste la lección a la primera. Si para ti amistad es eso, lo siento, no necesitas un amigo, si no un profesor. Y yo por las clases cobro. Tampoco me refiero a esa amistad que sólo existe cuando estás mal, buscas un consejo para esa persona que te trae de cabeza, o simplemente tienes uno de esos días en los que te apetece llorar. En ese caso, tampoco necesitas un amigo, te vendría mejor un pañuelo. 
Yo defiendo la amistad de estar siempre. De compartir risas, sueños, confidencias y lágrimas. La amistad del hoy por ti, y mañana por mi. Del no importa lo que hiciste, no importan los errores, porque si es de verdad, se perdona siempre.
Defiendo la amistad que se construye grieta a grieta, paso a paso. La que por más golpes que reciba, siga ahí siempre. La que da sin esperar recibir, pero también recibe incluso cuando no se lo merece.
Esa amistad que no muere nunca, que no desaparece, que nunca se olvida. La que componen los amigos que no cambiarías por nada del mundo. Que son fieles a ti, pase lo que pase. Que sabes que están ahí, pero que debes cuida
r, que deseas cuidar para no perderlos.

Hablo de amistad de verdad. Hablo de lo que yo siento, y me gustaría saber que sienten por mi. Hablo del sentimiento que me pone en pie cada mañana. Hablo de eso que mucho ni siquiera saben qué es. 
~Triss

miércoles, 23 de febrero de 2011

Stand-by

Hoy, voy a apagar mi corazón. Voy a anestesiar mis sentimientos. Voy a dejar de implicarme con todo el mundo. A ahogar mis ilusiones. Voy a ponerme en stand-by, para todo el mundo. Porque si no estoy, no podrán volver a hacerme daño. Y ya estoy cansada de sufrir y de llorar. Porque a base de golpes he descubierto que todo lo que a mi me importa realmente, el amor, la amistad, la sinceridad y la confianza son cosas a las que nadie les presta atención. Y el amor, digamos lo que digamos, no podemos saber qué es ahora; amigos, ya no quedan, puede que tengas colegas, o más probablemente, conocidos. La sinceridad es algo que se esconde tan bien, que juraría que ya no existe, y si das confianza, lo más probable es que te encuentres puñaladas por la espalda.
Y sé que lo que escribo no es agradable ni bonito, y que no gusta pensarlo. Pero por más que lo desee, las cosas no van a cambiar, son así, y toca vivir con ello. Por eso, voy a ponerme los cascos, voy a escuchar, una tras otra, las canciones de mi vida. Voy a empaparme con cada acorde, a cantar hasta quedarme sin voz. Una tras otra, sin saltarme ni una sola. Voy a desconectar de la realidad, y voy a huir del dolor. Y me voy. Me voy para no volver ahí.

~Triss

martes, 22 de febrero de 2011

Love...

Puede que no sea el momento perfecto para decirte eso, puede que no sea exactamente lo que quieras escuchar, que no te lo esperes o simplemente que no te apetezca escuchar. Puede… que sea demasiado pronto, o quizá demasiado tarde… puede que quieras taparte los oídos o salir corriendo. Puede que me llames loca, o que cambies de tema tan rápido que pase el momento y mis palabras se vayan también....puede que me esté enredando demasiado. Al fin y al cabo solo quería decirte que te quiero.

martes, 15 de febrero de 2011

Unforgettable

Un día más, he cumplido todo un ritual para intentar conciliar el sueño. Tal y como llevo haciendo desde hace meses, he apagado las luces, he bajado las persianas, he intentado, inútilmente, leer. He probado a escuchar música y a contar ovejas. He tomado tila, tisana, leche caliente y todo lo que me han recomendado. Y tú imagen sigue sin dejarme cerrar los ojos tranquila. 
Ahora mismo, desearía que el viento que siento aullar fuera se llevase con él mis lágrimas, mis recuerdos y el incesante sonido de tu voz que me asalta en los momentos más inesperados... y también en los más inoportunos. 
Porque yo ya no puedo pensar en futuro, mi futuro no importa si no es a tu lado. ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Sobrevivir, simplemente. Desear que se haga de día para poder verte, aunque sea de lejos, durante un instante. Porque el hueco que dejaste en mi interior, no puede rellenarse más que contigo. Tiene tu forma y tu nombre. Y no hay nadie más que encaje ahí.
Y odio esta situación. Odio tener que mentirme a mí misma y a los demás... y, más aún, odio dejar que tú te creas esas mentiras. Que pienses que no te quiero, que te odio, y que al final, he aprendido a vivir sin ti y a no añorar todas esas manías de las que yo me quejaba, pero ahora daría lo que fuese por recuperar. 
Porque te hecho de menos, sí, a ti, que me has hundido una vez tras otra, que me has hecho más daño que nadie, que has hecho que derrame las lágrimas que juré no llorar nunca. A ti, te echo de menos. 


Y esta noche, volveré a soñar despierta con tus besos y tus palabras. Recordaré una vez más tus caricias en mi espalda, tu mirada fija en mí, y todas las palabras que quiero volver a escuchar. Soñaré despierta contigo, y volveré a desear que amanezca, para que podamos volver a cruzarnos por un pasillo, al menos un instante. 


domingo, 13 de febrero de 2011

Ningún amor muere, sólo cambia de lugar en la memoria

Nunca entendí esas palabras, hasta ahora. Cuando un amor se olvida, es porque está muerto. Claro que yo acabo de comprender que nunca se llega a olvidar, tan sólo aprendes a vivir con el vacío de su ausencia. Sí, otra vez estoy hablando de él. Y sí, sé que piensas que debo ser idiota por no pasar página de una maldita vez y dejar de pensar en él. Sé que siete meses es mucho tiempo, y que si no ha demostrado nada hasta ahora, no va a hacerlo esta vez. Pero también sé que todo el mundo repite constantemente que la esperanza es lo último que se pierde. Que sí, que lo quiero, aunque lo niegue. Que sí, que lo que estoy haciendo no está nada bien, que voy a hacerle daño a todo el mundo, a mí la primera. Que sí, que tengo que decidir, que no puedo vivir el presente anclada en el pasado.
 Pero no puedes pedirme que olvide, porque no quiero olvidar. Porque recuerdo los horarios de cada autobús que cogía para verme. Porque cada canción, habla de él, de ese nosotros perdido. Porque en cada palabra, está su esencia. Porque, por más que quiero, no tengo la fuerza ni el valor de sacarlo de mi mente de una vez, y ser capaz de mirarlo, de ver como sonríe y sigue con su vida, sin que algo dentro de mí se rompa, y tenga que bajar la mirada y acelerar el paso. Porque me gustaría soplar y que todos los recuerdos desapareciesen, pero ni siquiera un huracán puede hacer que se borren sus besos y el recuerdo de sus manos sobre mi piel. Nada puede hacer que yo no tiemble al recordar su voz en mi oído. Nada va a hacer que cada día especial las lágrimas dejen de acudir a mis ojos, como un recordatorio más de lo que ya no está.
Que no me quiere, que lo sé. Que tal vez nunca me llegó a querer de verdad. Pero mis recuerdos no se borran por mucho que yo lo intente, y cada vez, me asaltan con más frecuencia. 

~Triss

jueves, 10 de febrero de 2011

Tired

Hoy me va a dar igual lo que digan de mí. Hoy voy a actuar sin pensar, sin tener en cuenta las expectativas que han depositado sin mi consentimiento. Voy a hacer lo que me apetece de verdad, sin pensar en las consecuencias. Porque me he dado cuenta de que ya no merece la pena preocuparse. Que hablar, todo el mundo va a hablar, haga lo que haga. Siempre habrá algo que le parecerá mal a alguien. Y hablará, claro que sí. Contarán mil y una historias, dirán trescientas mentiras y puede que tal vez alguna verdad.
Nunca seré buena para todos, siempre le parecerá mal mi actitud a alguien. Y hoy me da igual, me conformo con ser buena para mí misma. Porque estoy cansada de ser quien quieren que sea, de pensar lo que es correcto pensar y de estrangular mis sentimientos para no hacer daño a nadie. Pero claro, no importa si los demás me hacen daño a mí.
Hoy voy a ser yo, voy a pensar sólo en mí, y voy a decirte lo que siento. Pase lo que pase, y moleste a quien moleste.
Hoy, ya no hay lágrimas que valgan, ni misterios que cuidar. Y no voy a darle más vueltas, porque siempre me va a salir cruz, y los dos lo sabemos. Hoy, me he cansado de que te comportes así.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Something to remember

Pues voy a levantarme cada mañana y respirar durante todo el día, y dentro de un tiempo no tendré que recordarme que me tengo que levantar cada mañana y respirar. Y dentro de un tiempo ya no tendré que pensar que hubo una época maravillosa y perfecta. 
~Algo para recordar

Sí, hoy yo también voy a hacer eso. Una vez más, voy a levantarme, voy a sonreir, y voy a rezar para que, algún día, no necesite planear cada sonrisa y cada gesto. Voy a rezar por que, algún día, no necesite sacarte de mi mente a cada instante, que no necesite luchar contra tu recuerdo segundo a segundo. Porque yo no quiero recordarte. No quiero pensar cada minuto en los miles de momentos bonitos que compartimos juntos, y en los que podríamos seguir compartiendo todavía si las cosas hubiesen sucedido de una forma diferente. Si tu orgullo o mis exigencias nos hubiesen dejado ser felices. Y hoy no quiero pensar que podría ser un día especial, y no quiero desear que, cuando llegue a mi casa y mire mi móvil, habrá alguna señal tuya. Ese móvil que hoy se me ha olvidado por casualidad, y que me acompaña siempre. Y sabes, yo creo en las casualidades. Y no quiero creer en esta, porque estoy completamente segura de que no se va a hacer realidad. Y no quiero quererte. Pero al mismo tiempo, me aterra el día en el que no sea capaz de recordar tu voz.

~Triss

martes, 1 de febrero de 2011

Fear

Dicen que, de pequeños, es normal tener miedo. Temer a la oscuridad, a los fantasmas o quizá a los monstruos que se esconden bajo la cama. 
De pequeña, yo no tenía miedo. Nunca tuve que mirar bajo la cama antes de dormir ni necesité una lucecita encendida en el pasillo. El miedo vino después, cuando me hice mayor.
Miedo al dolor, a hacer daño a alguien. A que me hagan daño a mí. Miedo a implicarme, a que me conozcan. Miedo a enamorarme, a desenamorarme. Miedo a ilusionarme. Miedo a sentir.
Supongo que piensas que no soy nada normal, y que es imposible tener miedo a sentir. Que no tiene ninguna lógica. Que no se puede tener miedo a la ilusión.
Pero no es algo que yo haya podido escoger. El miedo es como el amor, o lo sientes, o no lo sientes. No hay más. Y tiene sentido. Claro que lo tiene. Sentir, emocionarse, ilusionarse es arriesgarse a que te hagan daño. Arriesgarse al dolor. Y no querer que te hagan daño tiene mucha lógica.
Aunque claro, también es cierto que no sentir es armar un muro a tu alrededor. Y siempre he dicho que los muros no mantienen a los demás fuera, sino a ti encerrado dentro. Aunque tal vez sea lo más sensato.
Supongo que al final, sea o no sensato, no podemos encerrarnos eternamente. Hay que arriesgarse a vivir. No permitir que el mundo pase sin nosotros. Porque la vida, nos guste o no, se construye a base de caídas, puñaladas por la espalda y dolorosas desilusiones. Y lo único que nosotros podemos hacer, es aprender de ellas, y volver a arriesgarnos a que nos brillen los ojos cuando pensamos en alguien, aunque luego, ese brillo se trasforme en lágrimas.

 ~Triss