sábado, 29 de julio de 2017

Espejo

El día que me atreví a mirarle a los ojos no sabía que todos terminaríamos perdidos. Cuando quise darme cuenta nuestras miradas se habían cruzado y durante un instante sentí que me miraba a un espejo. Todo el dolor y la oscuridad que se reflejaba se parecía tanto a la mía que por un momento sentí vértigo y atracción a partes iguales.
Qué equivocada estaba y cuánto tardaría en descubrirlo.
Lo que me devolvió la mirada ese día era un caso mucho más terrible de lo que podría imaginar, aunque lo intentase, y todos pagaríamos las consecuencias de mi atrevimiento.

miércoles, 19 de julio de 2017

Época

Si quisiera hablarte de imposibles podría contarte aquel día que las calles se tiñeron de otoño en pleno verano. Podría hablarte de aquella época en la que pensé que debía luchar todas las batallas y también te podría contar como casi me autodestruyo una vez tratando de salvar al humo.
Pero si quieres que te hable de algo imposible, mejor déjame hacerlo de cómo sus caderas desafían a la gravedad; y de cómo una mirada suya puede hacerte crecer un par de centímetros. Prefiero hablarte de la magia de su sonrisa, que es capaz de iluminar la vida más oscura, porque si tenemos que hablar de imposibles mejor hacerlo de aquello que puede hacerte feliz, aunque nunca lo hubieses creído posible.

lunes, 17 de julio de 2017

Sara I - Estelar.

El aire quemaba. Notaba sus pulmones arder con cada inspiración. Notaba la energía en sus células, latiendo, inundándolo todo como si tuviese una galaxia entera ardiendo en su interior. el aire quemaba porque aquellos ojos grises que se habían clavado en los suyos estaban incendiándolo todo.
No podía respirar, pero a quién le importaba hacerlo cuando te están mirando de esa forma, y cuando estás tan cerca que puedes perderte tratando de descifrar las constelaciones que dibujan las pecas sobre su nariz.
Definitivamente, respirar era algo secundario cuando puedes bucear en esos ojos y esperar que el momento dure para siempre.

Vorágine


Eres como el peor de los virus. Un auténtico herpes. Nunca desapareces, por más veces que intente borrarte de mi vida. Buscas el menor resquicio de mi vida a tu alcance para acantonarte y esperar el momento oportuno.
Esperas a que mis defensas bajen un poco, esperas a que aparezca la más pequeña fisura para desaparecer de nuevo.
Levantas ampollas. Haces heridas. Ardes. Quemas. Escueces. Y después de ese dolor tienes la indecencia de volver a desaparecer, de replegarte de nuevo debajo de mi piel y hacer como si nada hubiese pasado; hasta que encuentres un nuevo momento para atacar.