viernes, 30 de septiembre de 2011

I don't...

Voy a repetirme tantas veces que no te echo de menos y que no me importas que, en algún momento, dejará de ser un pensamiento para convertirse en una realidad. Voy a repetir cada mañana, como un mantra, que fui yo quien eligió rendirse, tirar la toalla y dejar de pelear. Voy a prometerme, aunque sé que nada me costará tanto como cumplir esto, que te voy a borrar de mi vida. Aunque me niego a olvidar mi pasado. Voy a parar de escuchar tus canciones, voy a dejar de esforzarme por recordar tu voz. Voy a dejar de escribir palabras que nadie leerá. Voy a dejarlo todo.
Esta esta la tercera "última entrada" que hago con tu nombre presente en cada palabra. Tal vez debería buscarme algo que hacer. Algo como sacarme una carrera a 200 kilómetros de tu presencia.

~Triss

lunes, 26 de septiembre de 2011

Enhorabuena, en serio.

Si lo que pretendías era devolver todo el daño que te han hecho, permíteme felicitarte, porque con tan solo 160 caracteres lo has conseguido; aunque con la persona equivocada. Permíteme también decirte que, aunque puede que tú no,yo creo en el karma, en la energía circular, en que todo vuelve. Y al final todo volverá, para bien o para mal, ya lo verás.
Permíteme también recordarte que yo tengo tanto derecho a enfadarme y molestarme por mi presente, como tú lo tienes a echar de menos y rumiar tu pasado, aunque cada vez sea más lejano; y que, al igual que yo nunca te he echado en cara ese hecho, tal vez deberías plantearte dejar de poner en mi boca adjetivos que jamás he ligado a tu persona, ni lo haré nunca.
Sin embargo, también te pido que me permitas aclararte que no encuentro necesidad alguna de hundir a todo el mundo, especialmente a quien te prometió que te mantendría a flote si la dejabas, porque a ti una persona, si es que merece ser llamada así, te hiciese pasarlo de forma que siempre repetiré que no te merecías.
Como cada vez que escribo algo destinado a ti, no sé si vas a llegar a leer esto. Pero como sabrás,no soy de perder la esperanza en las personas, en las buenas personas, así que aquí hay una entrada que, aunque no vaya a escribirlo, sabes que tiene tu nombre en cada punto, en cada coma y en cada tecla que me hace daño presionar.
Poco me queda ya que decirte, porque prometí que no te volvería a molestar, y ya deberías saber que soy de cumplir mis promesas, siempre, pero las circunstancias me hacen volver a sentarme frente a un teclado, y dejar salir todas las palabras que me atormentan, con tu recuerdo siempre presente, como un anclaje al pasado que tanto me esfuerzo por olvidar, por perder de vista. Ya me despedí de ti, tal vez incluso más veces de las que debería. Ya te dije que te echaré de menos, aunque tal vez no sea recíproco. No me queda nada más que yo pueda hacer o decir para que esa persona que fue capaz de confiar y creer en mi en unas sucias colchonetas amarillas, hace ya casi dos años, vuelva a tener la mirada amable que me niego a olvidar algún día.
Nada, salvo seguir esperando a que algún día mi teléfono suene, o a mi bandeja de entrada llegue un correo con tu nombre, y no sea spam.
~Triss

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Changes

Nunca comprenderé cómo es posible que todo cambie de la noche a la mañana. Cierras los ojos, los vuelves a abrir y de repente todo es diferente. Tu mundo, las personas de tu alrededor, incluso tú mismo, ha cambiado. Y no hay forma de hacer que todo vuelva a ser como antes.
Dicen que el cambio es necesario, que nos ayuda a crecer. Que si cambiamos, siempre es para ser alguien mejor. Que tenemos que aprender a aceptar los cambios, a vivir con ellos. Mentiras. Todo mentiras.
Porque no siempre un cambio es para mejor, que también se empeora. Y no siempre te tienes que resignar a ellos, puedes luchar para deshacerlos o, al menos, para volver a cambiar  y solucionar los errores. Claro que el problema está cuando no sabes dónde demonios están esos errores. Entonces es cuando te pierdes, y ya no sabes qué más te queda por hacer, y te das cuenta de que, en realidad, nada ha cambiado.
Porque todo cambia, pero al final siempre sigue igual.
~Triss

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Todo es eterno, hasta que se acaba

Es muy triste que tu estúpido orgullo te impida despedirte de la persona que te ha aguantado lo inaguantable. Es muy triste que por tus habituales paranoias mentales vayas a perder a alguien capaz de estar toda una noche al teléfono intentando que te sintieses mejor. Es muy triste que parezca que en apenas dos meses te hayas olvidado de casi dos años de amistad incondicional. Es muy triste que por una persona que no vale la pena hayas dejado de ser la increíble persona que conocí por mi tonta manía de ayudar a todo el mundo. Es muy triste que no quieras ver todo lo que sigo intentando hacer por ti, que no quieras escuchar lo que te tengo que decir.
Pero lo más triste de toda esta historia no es eso, claro que no. Lo más triste es que a mi me sigue importando como el primer día. Que no soy capaz de pasar de ti como siempre he pasado de todo el mundo, de amigas de preescolar. Porque me niego a aceptar que tú, precisamente tú, te hayas convertido en una persona tan triste, que casi roza lo patético. Así que voy a seguir aquí, pero no eternamente, porque creo que no es la primera vez que te digo que todo es eterno, mientras que dura. Y esto no puede durar mucho más.
Sí, ya sé que esta no es la entrada que esperarías ver aquí, que no es lo que acostumbro a escribir, y que siempre he sido de decir las cosas en persona. Aunque claro, para eso necesito que me escuches antes. El caso es que yo necesitaba decirlo de algún modo, y sigo confiando en que, aunque te niegues a mirarme a la cara, alguna vez sigues pasando por aquí. Y es lo único que me queda ya para advertirte de que me voy. Me voy, y si me dejas irme sin decir nada, no pienso volver. Y créeme cuando te digo que tengo orgullo y determinación suficientes para cumplir lo que estoy prometiendo.
Tú mejor que nadie sabes que creo en segundas, terceras o hasta vigésimas oportunidades. Que sé perdonar, y no suelo ser rencorosa; al menos no contigo. Pero hasta yo tengo un límite, y un mensaje que ni siquiera sé si es tuyo no va a cambiar tres interminables meses de ausencia. No te pido ni una disculpa ni melodramatismos, porque nunca los he necesitado. Sólo te pido que, al menos, te despidas de mí como el amigo que un día fuiste, y yo seré la persona más feliz del mundo. Pero el reloj está en tu contra, y cada día que pasa, me alejo un poco más de esto. A cada hora, estoy un poco más lejos de esta burbuja de la que hace años que quiero escapar, y, por desgracia, también de ti. Piensa lo que haces, porque siempre he pensado que eras maduro e inteligente. Porque hasta el día en que me monte en el coche y deje atrás este mar de plástico y lágrimas, no perderé la esperanza en que te importé algo en algún momento, y lo tuyo no fueron sólo las palabras vacías que ahora parecen.
~Triss

jueves, 1 de septiembre de 2011

I still miss you

He descubierto que hay la forma más horrible y dolorosa de echar de menos a alguien no depende de la distancia que os separe. No hacen falta miles de kilómetros para sentir que alguien está lejos de ti, para darte cuenta de que por más que lo intentes, no puedes sentir la presencia de quien está casi a tu lado.
Y puedo asegurarte que echar de menos a quien está lejos de ti es malo, y duele horriblemente, pero echar de menos a quien está cerca es aún peor. Es algo que te abrasa, y que destruye lo más profundo de tu interior.
Cuando no puedes ayudar a quien está lejos, siempre podrás culpar a la distancia y a los malditos e infranqueables metros que os mantienen alejados; pero cuando no puedes hacer nada por los que están cerca, no hay nada ni nadie a quien puedas culpar, más que a ti mismo.
Y lo peor de todo, es que no hay nada que puedas hacer cuando la otra persona no te deja acercarte, y, al contrario, cada vez da un paso que lo aleja más de ti.
Nada, salvo, por supuesto, seguir echándolo de menos.
~Triss