lunes, 26 de septiembre de 2011

Enhorabuena, en serio.

Si lo que pretendías era devolver todo el daño que te han hecho, permíteme felicitarte, porque con tan solo 160 caracteres lo has conseguido; aunque con la persona equivocada. Permíteme también decirte que, aunque puede que tú no,yo creo en el karma, en la energía circular, en que todo vuelve. Y al final todo volverá, para bien o para mal, ya lo verás.
Permíteme también recordarte que yo tengo tanto derecho a enfadarme y molestarme por mi presente, como tú lo tienes a echar de menos y rumiar tu pasado, aunque cada vez sea más lejano; y que, al igual que yo nunca te he echado en cara ese hecho, tal vez deberías plantearte dejar de poner en mi boca adjetivos que jamás he ligado a tu persona, ni lo haré nunca.
Sin embargo, también te pido que me permitas aclararte que no encuentro necesidad alguna de hundir a todo el mundo, especialmente a quien te prometió que te mantendría a flote si la dejabas, porque a ti una persona, si es que merece ser llamada así, te hiciese pasarlo de forma que siempre repetiré que no te merecías.
Como cada vez que escribo algo destinado a ti, no sé si vas a llegar a leer esto. Pero como sabrás,no soy de perder la esperanza en las personas, en las buenas personas, así que aquí hay una entrada que, aunque no vaya a escribirlo, sabes que tiene tu nombre en cada punto, en cada coma y en cada tecla que me hace daño presionar.
Poco me queda ya que decirte, porque prometí que no te volvería a molestar, y ya deberías saber que soy de cumplir mis promesas, siempre, pero las circunstancias me hacen volver a sentarme frente a un teclado, y dejar salir todas las palabras que me atormentan, con tu recuerdo siempre presente, como un anclaje al pasado que tanto me esfuerzo por olvidar, por perder de vista. Ya me despedí de ti, tal vez incluso más veces de las que debería. Ya te dije que te echaré de menos, aunque tal vez no sea recíproco. No me queda nada más que yo pueda hacer o decir para que esa persona que fue capaz de confiar y creer en mi en unas sucias colchonetas amarillas, hace ya casi dos años, vuelva a tener la mirada amable que me niego a olvidar algún día.
Nada, salvo seguir esperando a que algún día mi teléfono suene, o a mi bandeja de entrada llegue un correo con tu nombre, y no sea spam.
~Triss

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