domingo, 9 de diciembre de 2012

When I said forever, I know that I meant forever

Hace tres años, en unas sucias colchonetas amarillas amontonadas en la esquina de un gimnasio, decidiste confiar en una completa desconocida, contarle tus preocupaciones, aceptarla en tu vida, y dejar que intentase solucionar tus problemas.
Hace tres años, yo decidí escucharte, contestar al teléfono a cualquier hora y abrirte la puerta de mi casa en cualquier momento. Decidí hacer míos tus problemas, comprometerme contigo, y ayudarte siempre que estuviese en mi mano.
Hace tres años te hice la mayor promesa de mi vida, y te dije que 'siempre significa siempre', y que yo siempre estaría ahí.
Hoy, muchos gritos, silencios, preocupaciones, enfados y gilipolleces después, sigo aquí. Sigo estando presente, para cuando tú decidas volver, si es que lo decides algún día. Sigo escribiendo para ti, por muchas veces que haya dicho que dejaría de hacerlo. Sigo buscándote, casi inconscientemente, cada vez que existe la más mínima posibilidad de encontrarme contigo, aunque sé perfectamente que no seré capaz de quedarme frente a ti sin bajar la mirada.
Y yo ahora me odio, por estar haciendo esto, justo hoy, y por no ser capaz de recordar tu olor, o cómo se sentía cada uno de tus abrazos, pero sin poder olvidar tu sonrisa, tus letras y tus palabras.
Me odio por haber intentado no saber de ti, pero seguir temblando cada vez que apareces de repente en mi mundo, ese que parece estar tan lejos del tuyo.
Pero a ti... a ti no soy capaz de odiarte, porque nunca podría odiar a ese amigo que me hizo los mejores regalos de cumpleaños, y que hizo que mi navidad fuese un poco menos triste con una sola canción.
No puedo odiar a ese amigo que me hizo ser lo suficientemente valiente para llegar a quien soy ahora.
~Triss