sábado, 22 de enero de 2011

Mañana hablo contigo

Tres palabras. Ocho sílabas. Dieciocho letras. El motivo por el que, por primera vez, estoy publicando algo sin planificarlo primero. Escribiendo sin pensar. Contándole a una pantalla lo que me niego a contarme a mí misma. 

Mañana hablo contigo. Un motivo para ilusionarse. Para pausar unos instantes una película que, precisamente, habla de casualidades y amor. Sobre días fríos, de viento gélido que acelera las casualidades. Días como hoy. Días en los que lo que más apetece es meterse en la cama, bajo una manta, y escuchar el viento silbar fuera. Y sin embargo, estoy frente a un ordenador, con los pies congelados y, ahora, temblando al escribir. Aunque eso poco tiene que ver con la temperatura. 

Mañana hablo contigo. Tres simples palabras que serán capaces de arrebatarme el sueño esta noche. Tres palabras que han despertado mi ilusión, latente durante esta semana. Y también el miedo, que sé que me acecha, y que, por más que huya, me alcanzará mañana. Cuando sea capaz de dejar de repetir esa frase en mi cabeza. Y dudas, muchas dudas, tantas como siempre, y ahora todas a la vez. 
Casualidades, frío, una película encontrada por.. casualidad. Y una promesa, implícita en esas tres palabras. Mañana. Mañana hablarás conmigo. Una casualidad más, entre tantas otras. Nunca creí en ellas, no en estos casos, ¿pero sabes qué?
Voy a quedarme aquí el tiempo que haga falta, esperando la casualidad de mi vida, la más grande.
 ~Triss

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