lunes, 24 de enero de 2011

I only need a hug...

Siempre he intentado ser fuerte. No hundirme, sobreponerme a todo. En realidad, nunca lo he conseguido, todo ha sido una apariencia más, una de tantas buenas caras que se ponen ante la gente. Siempre he sido débil, y me he odiado por ello. Y siempre he odiado mucho más que los demás lo notasen.
Al mal tiempo, buena cara, dicen. Yo he puesto buena cara a mal tiempo, a tempestades y a huracanes. He sonreído ante todo el mundo, sin ningún motivo. He regalado muchas sonrisas, aunque no podría decir cuantas son reales. He sonreído sin ganas hasta que se ha convertido en un hábito. Sé que algunos lo llamarán hipocresía. No lo es. Es simplemente orgullo, deseos de ser fuerte, de no hacer daño.
Pero claro, al final te acabas quedando sola, y ya no hace falta sonreír. Las paredes de mi cuarto han recibido tantos golpes y han sido testigos de tantas lágrimas que si hablasen, no callarían.
Está muy bien saber que hay gente a tu alrededor, que puedes confiar en ellos, que te ayudaran con tus problemas. Yo soy consciente de ello. Me lo repiten casi cada día. Ser capaz de contarles qué me pasa a esas personas ya es algo muy distinto.
Tal vez es orgullo, más probablemente pura estupidez, pero soy incapaz de hablar con nadie. Prefiero comerme mis problemas, mis miedos y mis tonterías, aunque es probable que acabe pillando una indigestión.
Y llorar, llorar cada vez que me quedo sola. Aunque sepa que no solucionará nada, aunque me odie por cada lágrima que derramo, por cada signo de debilidad. Llorar en silencio, confiando en que algún día, alguien acabará salvándome de esto. 
Hoy es uno de esos días, en los que me apetece desaparecer. Uno de esos días en los que daría cualquier cosa por un abrazo de esos que dejan sin respiración.
 ~Triss

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