Muy bien, una vez más, debo pedirte que me dejes dirigirme a ti, aunque sé perfectamente que no te importa.
Hoy me gustaría darte la bienvenida e invitarte a pasar al mundo real. Donde las cosas duelen y salen mal. Las personas nos hacen daño y nos decepcionan. Las cosas cambian, el mundo marea. El tiempo devuelve los recuerdos que nos duelen y olvidamos todo excepto lo que más duele pensar.
Ya sé que no parece un mundo demasiado agradable, que más que de entrar, dan ganas de salir huyendo a encerrarnos de nuevo en nuestra burbuja de arcoiris y purpurina. O bueno, en tu caso de penumbra y humedad.
Pero este mundo que te ofrezco tiene algo que compensa todo lo demás. Aquí hay gente que te puede tender una mano, o un brazo, o lanzarse al pozo por ti. Hay amistad, hay preocupación. Hay empatía y solidaridad. Hay gente que luchará contra todo el que intente hundierte alguna vez. Que hará sangre por ti si les dejas. Hay risas, hay diversión. Hay algo más que cerveza y tabaco. Hay comedia que sustituye a los melodramas. Hay formas de hacer que los recuerdos dejen de doler. Mil caminos por descubrir si sales de las sombras. Hay luz, hay calor, hay confianza. Hay conversaciones sin sentido ni fin, y locuras improvisadas que atesorarás como el más preciado recuerdo. Hay historias que imaginar a las tres de la mañana, y personas que te prestarán su hombro para llorar en cualquier momento. Locas que no se cansarán de repetirte que siempre, significa SIEMPRE, incluso caundo has dejado de tenerlo en cuenta.
En realidad, ya no sé si escribo con la esperanza de que tú me leas, o simplemente para convencerme de que merece la pena seguir aquí. Pero al igual que tú, odio el tiempo y se rompen mis esquemas. Y este año nos duele a los dos igual. Porque yo no olvido las visitas a mi casa a horas inesperadas, ni las palabras que me dedicaste en esos momentos, tan distintas a las que me regalas ahora.
~Triss
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