viernes, 27 de mayo de 2011

This night is mine!

Hoy es el día que comienza nuestra historia para el mundo. Hasta ahora sólo hemos contado para nosotros mismos, y para nuestros padres. Hoy eso va a empezar a cambiar. Ya no importarán solo las notas. Desde ahora contará mucho más que eso. Contaremos como personas. Decidiremos por nosotros mismos. Hoy nos convertiremos en ciudadanos del mundo, aportaremos algo a la sociedad. Esta noche nos graduamos, y cerramos otra etapa de nuestra vida. Una etapa que creo que ninguno de nosotros querrá olvidar.
Después de esta noche, nuestros caminos se separan. Algunos estudiaremos, otros trabajaran, y quizá haya alguien que se atreva a perseguir un sueño. Cada uno elegirá su destino, aunque eso implique alejarse de los demás. Pero por mucho que nuestros caminos se separen los lazos que hemos creado durante el tiempo que hemos estado juntos no podrán ser borrados aunque pasen los años.
Empezamos el instituto siendo unos niños y pensando que nada cambiaría. Con cada nuevo curso nos dim
os cuenta de que nos habíamos equivocado, de que nada se mantenía igual. 
Nuestra vida se fue complicando conforme comprendíamos a qué nos estábamos enfrentando. Pero salimos adelante. Conseguimos llegar hasta aquí.
Estos años todos hemos aprendido más que matemáticas, historia o biología. Cada profesor, además de su asignatura, nos ha enseñado a ordenar nuestros valores, y a asumir la responsabilidad de nuestros actos. Día a día, hemos aprendido a ser personas adultas.
Los años que hemos pasado aquí, conociéndonos unos a otros, y descubriendo cómo somos nosotros mismos, dándonos cuenta de lo duras que la vida y la convivencia pueden llegar a ser, han sido los que nos han hecho madurar, descubrir nuestros límites y aprender a superarlos. Este tiempo ha hecho de nosotros quienes somos ahora. Porque tras cada caída, nos levantamos siendo un poco más fuertes. Con cada golpe aprendimos una nueva finta. Tras cada discusión entendimos el valor de la diplomacia y la importancia de defender nuestras ideas. Con cada reto aprendimos que si deseas algo, debes luchar por alcanzarlo, y con cada batalla ganada descubrimos el valor del compañerismo. Cada derrota nos hizo comprender que rendirse nunca debe ser una opción, que la única causa perdida es la que se abandona, y que la batalla no está perdida mientras quede alguien luchando por ella. Hoy creo que todos estamos de acuerdo en que ha merecido la pena.
Pero las paredes de este instituto han sido testigos de muchas cosas más. Han presenciado amistades que marcarán nuestra historia, secretos que algún día recordaremos con una sonrisa, discusiones, risas, nervios, dudas, lágrimas y rumores. Han sido testigos de primeros amores, y de los que han llegado después, pero también de desilusiones y desengaños. Nos han visto compartir exámenes, apuntes, experiencias y quejas, pero sobre todo, han visto como compartíamos una ilusión común: llegar a ser quienes queremos ser.
En cada uno de los rincones del IES Gaviota queda una parte de nosotros, un retazo de nuestra existencia y una huella de nuestro paso por aquí. Y dentro de nosotros siempre quedará cada recuerdo y cada momento vivido.
Ahora nos toca enfrentarnos a la realidad, y queda la parte más difícil. Toca permanecer atentos a todas las posibilidades y estar dispuestos a aceptar la vida, el amor, los cambios, la responsabilidad y las posibilidades que la vida nos ofrezca. Y yo estoy aquí, dispuesta a aceptar eso y mucho más. Porque si hemos sido 
capaces de llegar hasta aquí, ahora conseguiremos todo lo que nos propongamos.
 ~Triss

1 comentario: