miércoles, 27 de abril de 2011

Donde duele inspira

Mentiría si dijese que nada de esto me importa. Mentiría si dijese que no odio que estemos así. Si tratase de hacer que alguien creyese que me da igual que seamos lo que somos, tras haber sido todo lo que fuimos. Mentiría si dijese que no me duele ver la indiferencia extenderse entre nosotros. Si dijese que el pacto sin palabras que parece que hemos hecho no me duele en lo más profundo de mi. 
Pero en realidad, da igual si miento, digo la verdad o estoy callada. Nada va a cambiar. Y no, no solía ser conformista, hasta que perdí las fuerzas y dejé de encontrar el encanto de las causas perdidas. 
Y reconozcamoslo, esto no es mas que una enorme y estúpida causa perdida, y no tiene nada que se pueda aprovechar, o que haga que valga la pena pelear una vez más. No va a llevarme a ningún sitio, ni va a hacer que las cosas cambien. Tú seguirás haciendo daño, yo seguiré eternamente relegada al segundo plano. Y no hay nada que cueste tanto recuperar como la confianza, y ya has perdido la mía a base de mentiras, palabras a la espalda y juegos incomprensibles. 
Porque ya me he dado cuenta de que tu historia es como la del maldito perro del hortelano, ni comes ni dejas comer. Pero estás tan encerrada en tu mundo de palabras bonitas, finales felices y soluciones de película Disney que no te das cuenta de que a mi no me interesa comer esta vez. Que tan solo quiero aquello por lo que he peleado, lo que me he esforzado por mantener, cultivar y mejorar. Amistad, por si aun no tienes claro de qué hablo. Lo único que realmente me importa en este momento, aunque dudo que comprendas eso, sin saber antes qué es la amistad.
En realidad, lo que yo no sé es por qué estoy escribiendo. Sé perfectamente que no va a leerlo quien debe hacerlo, y en realidad, no quiero que lo haga. Supongo que necesitaba desahogarme, sentir las palabras resbalar sobre el papel, sin tener que pensar qué pretendo decir. Tal vez necesitaba contarle a una pantalla que no juzga a nadie todo lo que me corroe por dentro como un potente ácido.
Quizá todo es producto de tres cafés, medio litro de cocacola y litros de lágrimas derramadas en silencio. Quizá sea que, como dicen, donde duele inspira. Y créeme, esto a mi me duele.
 ~Triss

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